

5 de junio de 2025 - 4:22 PM
Actualizado el 5 de junio de 2025 - 6:50 PM
Contrario al planteamiento que hizo el miércoles el secretario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Waldemar Quiles Pérez, al sostener que Isla de Mona está abierta a visitantes, un operador de transporte afirmó que ha tenido el acceso restringido desde marzo, como secuela a la desaparición de un cazador que luego fue encontrado en buen estado de salud.
El capitán Christopher Moreno, quien en los pasados dos meses ha tenido que suspender más de una docena de viajes comerciales a Isla de Mona, señaló que, este jueves –en respuesta a las expresiones de Quiles Pérez–, acudió a las instalaciones del DRNA en San Juan, donde personal de la agencia le confirmó que, en términos prácticos, el acceso continúa vedado hasta que se emitan nuevas guías.
En entrevista posterior con El Nuevo Día, sin embargo, Quiles Pérez insistió en que la reserva natural está abierta al público general y que cualquier información contraria sería producto de un error.
En ese sentido, el secretario aseguró que investigará los planteamientos del capitán. “Me estás haciendo unas alegaciones que tengo que investigar”, dijo a este medio.
“La isla está cerrada. Están esperando que salga una orden administrativa, que aún no saben cuándo va a salir, anunciando cómo se va a manejar la situación en la isla y la fecha de apertura. No me supieron decir nada más”, consignó Moreno más temprano, tras reunirse con el secretario auxiliar de Conservación y Biodiversidad del DRNA, Farel Velázquez.
Quiles Pérez señaló, en tanto, que la orden administrativa se concentra en la actividad de caza. La pasada temporada de caza concluyó en marzo, por lo que, en verano, las visitas se concentran en turistas que pasan el día o acampan en Isla de Mona, actividades que también requieren una autorización previa de la agencia.
El miércoles, en otra entrevista con este diario, el secretario había planteado que los interesados podían comunicarse con el DRNA para obtener los permisos.
Quiles Pérez no pudo precisar este jueves cuántos permisos se han emitido para visitantes desde abril, aunque aseguró que el público ha estado llegando a la isla como de costumbre.
“Allí, las personas que van a disfrutar de las playas, que piden permiso para quedarse allí, están yendo. Siempre tenemos personal allí trabajando, todos los miércoles tenemos rotación (de empleados). La isla no está cerrada. Hay una veda de cacería; eso es todo”, subrayó.
“Si se ha tramitado un permiso y mi personal, equivocadamente, a los que hayan cualificado para tener ese permiso, no se emitió pensando que yo había cerrado la isla, eso fue un error”, recalcó.
Por otro lado, Moreno precisó que ha tenido que suspender 14 viajes que, estima, le han costado entre $25,000 y $30,000 en ingresos. Se trata del segundo año en que las visitas a Isla de Mona se limitan significativamente, luego que, en 2024, tras la desaparición de otro cazador que nunca fue encontrado, se viera obligado a cancelar 33 viajes, valorados en cerca de $80,000.
“Tengo una agenda de viajes (cancelados) desde el 11 de abril hasta, en este momento, el 2 de septiembre”, detalló. “Tengo pruebas de que la isla está cerrada, o estuvo cerrada, porque yo me comunico con ellos (personal del DRNA), a través de emails oficiales, de la gente que trabaja en la oficina de permisos, y desde abril, me dicen que está cerrada”.
Moreno señaló que, previamente, personal del DRNA le había indicado que la empleada encargada de tramitar los permisos se encontraba fuera hasta julio. El pasado lunes, abundó, formó parte de una reunión, junto a miembros de una organización que representa a cazadores y defensores del ambiente, en la que participaron Quiles Pérez, el subsecretario del DRNA, Nelson Cruz, y otros funcionarios, en la que “no se tocó” el tema de una reapertura inmediata.
El secretario confirmó que estuvo en esa reunión, y acentuó que la discusión giró en torno a “inquietudes” sobre la orden administrativa relacionada con la caza.
“En algún momento, trajeron a colación que había un público en general, pero ese público va a playas, no se mete acá (al resto de la isla)”, dijo Quiles Pérez. “Yo dije claro allí que la isla estaba abierta en veda de cacería; dije que no estaba cerrada y me reafirmo”, puntualizó.
Moreno subrayó que, además de los operadores comerciales de transporte, Isla de Mona recibe –particularmente en verano– las visitas de personas con botes privados, así como de investigadores, que también se ven afectadas. Según el capitán, además de su empresa, hay otros dos grupos que organizan viajes comerciales.
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