Washington— El presidente Donald Trump ha enfrentado una fuerte oposición de los senadores demócratas por sus primeras selecciones para fiscales federales, quienes tienen un poder considerable para bloquearlos, lo que genera otra pelea por las designaciones de personal de un presidente que prioriza la lealtad al formar su administración.

Sus elecciones para los principales fiscales en Nevada, Nueva York y Nueva Jersey son rechazadas por los senadores demócratas, y está en juego la capacidad del presidente republicano de tener el equipo que desea para puestos con una enorme influencia sobre qué casos y delitos se investigan y qué sanciones busca el gobierno.

El poder que ejercen se destacó la semana pasada cuando la fiscal federal interina de Nueva Jersey, Alina Habba, anunció que acusaba al representante LaMonica McIver, demócrata por Nueva Jersey, de agresión después de un altercado con agentes federales afuera de un centro de detención de inmigrantes en Newark. McIver ha negado cualquier delito y dijo que el cargo era “puramente político”.

En el Senado, que debe aprobar las nominaciones de un presidente para fiscal federal, al menos dos demócratas están preparados para invocar una costumbre de décadas que otorga a los senadores del estado de origen el poder de veto sobre si un posible fiscal federal puede ser confirmado.

Esa batalla se produce cuando Ed Martin, la primera opción de Trump para ser el principal fiscal de la capital del país, se retiró de la consideración después de que tanto republicanos como demócratas indicaron que no apoyarían al activista conservador, quien tiene un modesto historial legal y expresó apoyo a los alborotadores del 6 de enero. El presidente reemplazó a Martin con la presentadora de Fox News Channel Jeanine Pirro, una ex fiscal de condado y jueza electa en Nueva York que ha sido una defensora de Trump durante mucho tiempo en la televisión.

“Martin fue el ejemplo extremo”, dijo el senador de Illinois Dick Durbin, el principal demócrata en el Comité Judicial del Senado. “Creo que nuestras antenas están en alto mientras miramos a cada uno de estos nominados”.

Las selecciones de Trump para estos trabajos han recibido un escrutinio adicional ya que el presidente ha intentado afirmar un mayor control sobre el Departamento de Justicia y perseguir una campaña de retribución.

En Nevada, Trump ha instalado a una abogada de derecha, Sigal Chattah, como fiscal federal interina, lo que ha generado la oposición de los senadores demócratas del estado, Catherine Cortez Masto y Jacky Rosen. Rosen se ha comprometido a utilizar su prerrogativa senatorial para bloquear unilateralmente a Chattah si la administración busca mantener a Chattah más allá de un período interino de 120 días.

En Nueva Jersey, el senador demócrata Cory Booker, miembro del Comité Judicial del Senado, dijo que no apoyaría a Habba como fiscal federal permanente. Ella es una ex consejera de la Casa Blanca de Trump y abogada personal.

El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer de Nueva York, se ha comprometido a bloquear las elecciones de Trump para dos oficinas clave de fiscales en su estado. Schumer no citó preocupaciones sobre los nominados, sino más bien lo que dijo que eran las intenciones del presidente de utilizar “el Departamento de Justicia, las oficinas del Fiscal de los Estados Unidos y la aplicación de la ley como armas para perseguir a sus enemigos percibidos”.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que Trump “estaba orgulloso de nombrar a Alina Habba para servir en este puesto, y cree que está haciendo un gran trabajo limpiando Nueva Jersey y haciendo cumplir la ley y el orden”.

La Casa Blanca, en un comunicado, también criticó a Schumer. No respondió a preguntas sobre el fiscal de Nevada.

“El senador Schumer y su partido anti-ley-y-orden están priorizando la política sobre las citas críticas del DOJ, obstruyendo la agenda de “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser seguro” del presidente Trump”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Harrison Fields.

En respuesta, Schumer dijo: “El Departamento de Justicia debería dedicar más tiempo a procesar a los criminales en lugar de perseguir a sus enemigos políticos percibidos”.

La oposición de los senadores demócratas generalmente no importaría para los nominados de Trump siempre que la mayoría de los republicanos, que controlan la mayoría, estén unidos en su apoyo. Pero una costumbre del Senado de larga data, llamada “blue slip”, permite a los senadores bloquear las nominaciones de jueces de la Corte de Distrito de los Estados Unidos, fiscales federales y alguaciles de los Estados Unidos de los estados de origen de los legisladores.

Los republicanos podrían decidir abandonar esa costumbre. Pero el presidente del Comité Judicial del Senado, el senador Chuck Grassley, republicano por Iowa, ha indicado repetidamente que honraría las objeciones de “blue slip” de los senadores del estado de origen sobre esos fiscales y jueces.

“Creo que les da a los senadores una mano en la elección de nominados para su estado y se asegura de que los nominados reflejen su estado”, dijo el senador Josh Hawley, republicano por Missouri, miembro del comité. “Quiero decir, ciertamente usé el “blue slip” cuando el demócrata Joe Biden era presidente”.

Pero Hawley también enfatizó sobre el “blue slip”: “Espero que no se abuse”.

Los demócratas están alarmados por lo que ven como una politización abierta por parte de los fiscales del Departamento de Justicia en el segundo mandato de Trump. Señalan el mandato interino de Martin en Washington, cuando degradó a varios funcionarios superiores que manejaron o supervisaron casos relacionados con el motín del Capitolio el 6 de enero de 2021.

Los demócratas también estaban preocupados por las renuncias de abogados en el Distrito Sur de Nueva York, que había estado manejando un caso de corrupción contra el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, antes de que fuera desestimado en abril.

Schumer anunció en abril que retendría los “blue slips” para dos fiscales federales del área de la ciudad de Nueva York.

En Nevada, Rosen y Cortez Masto han denunciado el nombramiento de Chattah, quien se describe a sí misma en X como una “#firebrand” y “Proud American Nationalist”. Los senadores citaron entre sus preocupaciones los comentarios pasados de Chattah de que el fiscal general negro del estado “debería estar colgado de una (grosería) grúa”.

Chattah también recibió una reacción violenta el año pasado por una publicación en X sobre el ex representante de Nueva York Jamaal Bowman, quien es negro, llamándolo “rata de ghetto antisemita”.

En una breve llamada telefónica, Chattah le dijo a The Associated Press que pensaba que “probablemente” sería nominada para el puesto de forma permanente.

“Lo estamos jugando al oído”, dijo, sin dar más detalles. No hizo comentarios sobre las objeciones de los senadores.

Booker dijo que ha tenido conversaciones con la oficina del asesor legal de la Casa Blanca sobre el puesto de fiscal federal en su estado. Se negó a decir si ejercerá sus privilegios de “blue slip” para Habba si fuera nominada, pero le dijo a AP: “No apoyo que sea permanente”.

Habba no respondió a un mensaje en busca de comentarios.

Habba, quien se hizo conocida por sus frecuentes apariciones en las noticias por cable defendiendo a Trump en sus batallas legales y sus apariciones en sus eventos de campaña, tenía una experiencia limitada en los tribunales antes de unirse a su equipo legal. Durante el juicio por difamación de Trump de 2024 en Nueva York, el juez la reprendió repetidamente por tergiversar la ley y por violar los procedimientos legales.

En su función interina, Habba anunció el mes pasado que ha iniciado una investigación sobre el gobernador demócrata de Nueva Jersey, Phil Murphy, y el fiscal general, Matt Platkin, por la directiva del estado de que la policía local no debe cooperar con los agentes federales que realizan la aplicación de la inmigración.

Stephen Saltzburg, profesor de derecho de la Universidad George Washington y ex funcionario del Departamento de Justicia, dijo que en el pasado, incluso en el primer mandato de Trump, los presidentes generalmente elegían abogados para servir como fiscales federales que eran miembros del mismo partido político, pero que recibirían apoyo bipartidista.

Pero ahora, dijo Saltzburg, “las calificaciones de algunas de las personas que están siendo nombradas son simplemente que eran leales partidarios de MAGA”, refiriéndose al movimiento “Make American Great Again” de Trump.

La administración de Trump ha dejado en claro que está dispuesta a derribar el muro que alguna vez separó a la Casa Blanca y al Departamento de Justicia, dijo Saltzburg, y parece que eso se extiende también a las oficinas de los fiscales federales.

“Hay una preocupación por el estado de derecho cuando todo parece estar dictado por la Casa Blanca”, dijo.